Una de las cosas que más les fascinan a nuestros amigos peludos es una buena sesión de cariños, abrazos y besos. Mientras más duren, mejor para ellos, ya que nunca se cansarán de recibir amor.
Acariciar a un lomito tiene muchos beneficios, incluso para quien lo hace. Disminuye la presión arterial y reduce el estrés en ambos;lo más importante es que crea un lazo especial y estrecho entre el perro y la persona que lo acaricia. Así mismo, las caricias suponen una magnífica forma de calmar a un lomito nervioso, estresado o ansioso.
Nuestros compañeritos de vidatambién se estresan. Unas caricias relajantes pueden ayudarlos a aliviar todo tipo de tensiones, controlar sus ansias e hiperactividad y propiciarles una dosis de felicidad…, la medicina más básica de todas. En tan solo 10 minutos al día puedes darle a tu amigo un «mantenimiento» de caricias relajantes.
Aunque los lomitos aprecian el contacto físico con nosotros, puede suceder que la forma en que lo acariciamos no sea la correcta y para ellos resulte un tanto brusca y, sin embargo, creemos que estamos siendo lo más sutiles posible. Si lo que quieres es relajar a un perro, evita las cosquillas, palmadas o estrujones.
Si te gusta acariciarlo, será bueno que aprendas la mejor forma para hacerlo y así ayudarlo a relajarse después de una larga jornada o, por otro lado, para comenzar el día con «buena pata».
Muchas personas prefieren hacerlo antes de ir a la cama, mientras que otras lo hacen a primera hora de la mañana. El resultado es el mismo, a los lomitos no les importa tanto cuándo lo hagas, sino que lo hagas. Claro, si quieres hacer doble tanda, terminarás por tener un amigo peludo tan relajado como un practicante de yoga después de una sesión.
Para empezar, buscaremos una manta o toalla para que nuestro amigo se coloque encima. Es muy importante, ya que la mera aparición de esta herramienta le ayudará a asociar a largo plazo que es el momento de los masajes.
Comienza a acariciarlo para que se relaje a nivel general. Usa los dedos y la palma de tu mano, relajados pero firmes, para tocar todo su cuerpomuy lentamente. Recorre desde la cabeza hasta la cola. Asegúrate de poner toda tu atención y energía en ello y concéntrate en todas las capas, desde el cabello, pasando por la piel, llegando al músculo y finalmente hasta el hueso.
Detente y realiza movimientos circulares cuando pases por las zonas de las orejas, debajo de la barbilla, el cuello, axilas y pecho. Si puedes hacer esto mientras tu lomito toma el sol, después de una buena caminata, el efecto será más potente. Puedes hacerlo en el parque, pero como mencionábamos antes, después del juego y el paseo. De lo contrario, verás que ni caso te hace.
No obstante, todo dependerá del lomito y del tiempo que dispongas. Otras personas prefieren hacerlo antes de salir de casa, mientras disfrutan de un café matutino. El lomito ha dormido toda la noche y aunque está despierto, todavía no ha sido estimulado. Con esto ayudaremos a queaprenda que puede relajarse incluso cuando no está cansado.
Si está muy nervioso por algo que ha ocurrido, unas caricias relajantes podrían ayudarlo a reducir el estrés y desviar su atención. En este caso lo que hacemos es relajar el sistema nervioso con nuestro acercamiento. Aplana y reposa ligeramente la palma de tu mano sobre la cabeza o el cuello de tu amigo peludo. Como explicamos anteriormente, pero esta vez sin detenernos en una zona en particular, haz largas pasadas y lentas a lo largo de la columna vertebral. Repite varias veces y si observas quese siente cómodo con este tipo de contacto, aumenta gradualmente la presión. Evita presionar la parte inferior de su espalda.
Tu actitud mientras realizas estas caricias para calmar a tu amigo peludo debe estar acorde con lo que quieres lograr, es decir, una posición relajada y neutral. Como toque final, descansa por unos minutos una mano en la base de su cabeza y la otra sobre la zona de la pelvis. Estas dos zonas controlan las respuestas de relación del cuerpo y otras funciones importantes en el organismo como: la digestión, el sueño y la reparación de los tejidos. Con esta imposición queremos reactivar el flujo positivo de las acciones de la médula espinal.
No hay nada mejor que estirar para relajar. La zona de las patas es un área que se tiende a descuidar, sin embargo, es una de las claves para la relajación de un lomito. Recuerda que, como toda criatura, un lomito sostiene todo su peso y movimientos en sus cuatro patas, por lo tanto, estas suelen recargarse de tensión, llegando a cansarlo.
Empieza a acariciar a tu amigo peludo para que relaje las patas y no olvides la zona de las nalgas y los muslos, frótalas y exprímelas (para calentar) antes de estirar cualquier zona. Luego comienza por estirar sus patas, tomándolas por la parte posterior y luego moviendo sus articulaciones. Ve recorriendo cada centímetro de sus patas de arriba a abajo y, sujetas con toda tu mano, aplica una ligera presión y luego relaja y continúa. Recuerda no ser agresivo, firme pero suave. Menos, es más. Sus patas son fuertes, pero no invencibles.
Finalmente, sostén a tu amigo por la cadera y eleva sus piernas traseras, con esto beneficiarás el estiramiento y la relajación de su columna vertebral.