El periodo de gestación de una hámster dependerá fundamentalmente de su raza, pero también puede variar según el organismo de cada hembra. Por lo general, se tratan de embarazos muy breves que pueden durar entre 15 y 25 días.
Ello significa que, para proporcionar los cuidados adecuados a tu hámster durante su gestación, será preciso reconocer tempranamente los síntomas de embarazo. El número de crías por cada gestación también dependerá del tipo de hámster: mientras una hámster rusa suele parir de 4 a 8 crías, una hámster dorada puede llegar a dar la luz a 20 crías.
¿Cómo saber si tu hámster está embarazada? Desde luego, no podrás orientarte apenas por la dilatación abdominal, ya que las hembras solo desarrollan este signo en los últimos 5 días de gestación. No obstante, podrás estar atento a los siguientes síntomas:
Incremento de apetito.
Debes estar atento si tu hámster empieza a consumir mucha agua o si su apetito se incrementa repentinamente. Además de un posible síntoma de embarazo, las alteraciones en el apetito pueden indicar algunas enfermedades comunes en los hámsteres o revelar que tu hembra se siente ansiosa, nerviosa o que está siendo expuesta a niveles elevados de estrés.
Aumento repentino de peso.
Si tu hembra consume más alimentos de lo normal, es lógico que engorde rápidamente. Además, el gano de peso es parte de un embarazo, ya que las crías crecen aceleradamente en el interior del vientre materno.
Pezones hinchados.
Si al observar el abdomen de tu hámster, observas que sus pezones están hinchados o se ven fuera, este es un síntoma de que su organismo se prepara para la lactancia.
Comportamientos específicos.
Si tu hembra está embarazada, empezará a construir un nido en el interior de la jaula y a almacenar alimentos en su interior para el momento del parto. Durante los primeros días de la gestación, las hembras suelen mostrarse más agresivas, principalmente con relación a los machos. Pero cuando ya se acerca el momento del parto, su temperamento ya será más sereno y tu hámster necesitará largas horas de sueño junto a su nido.
Si desconfías de que tu hámster está embarazada u observaste alguno de los síntomas mencionados, te recomendamos consultar a un veterinario especializado. En la clínica, el profesional podrá no solo confirmar el embarazo, como también verificar el estado de salud de la hembra y orientarte sobre sus requerimientos específicos durante la gestación y la lactancia.
También podrás aprovechar para aclarar tus dudas sobre a cuántos bebés tu hámster podrá dar la luz y cuándo deberías regresar para hacer un examen general a las crías. Además, no debemos olvidar que las visitas periódicas al veterinario especializado son parte de los cuidados esenciales para tu hámster.
Si bien los hámsteres deben recibir una nutrición completa y equilibrada a lo largo de toda su vida, las hembras embarazadas necesitaran especial atención para su alimentación. Durante la gestación, tu hámster requerirá una dieta con elevado aporte energético, para preparar su organismo para la lactancia y permitir el correcto desarrollo de sus crías.
Lo ideal es incrementar su consumo diario de proteínas y grasas buenas. Para ello, además de su dieta habitual, procuraremos añadir fuentes naturales de estos nutrientes, como huevo cocido, queso magro, pollo o pavo hervido, jamón cocido cortado en pequeños trozos, cereales y frutos secos (nueces, almendras, avellanas, castañas). También puedes ofrecerle gusanos de la harina u otros pequeños insectos, que son comercializados en algunas veterinarias y tiendas para mascotas.
Las frutas y verduras recomendadas para hámsteres también ayudarán a fortalecer el sistema inmunológico de la hembra embarazada, ya que aportan gran cantidad de vitaminas, fibras y minerales. Recuerda preferir alimentos de origen orgánico (cultivados sin agrotóxicos) y quitar los huesos de las frutas antes de ofrecerlas a tu roedor. Y lógicamente, evitaremos siempre los alimentos prohibidos para los hámsteres.
Durante el embarazo, aplicaremos el sistema «ad libitum» para alimentar a la hembra. Es decir: dejaremos comida y agua fresca a su disposición durante todo el día. Las hembras buscarán comida no solo cuando tengan hambre, sino también para almacenar alimentos para el momento del parto.
Como hemos mencionado, las hámsteres embarazadas suelen volverse más agresivas por sentirse vulnerables y defenderán su territorio para garantizar que sus crías nazcan en un entorno seguro. Por ello, debemos separar a la hembra embarazada de los demás hámsteres, preparando una jaula exclusivamente para ella y sus futuros bebés.
En esta jaula, tu hámster deberá encontrar agua fresca y comida a su disposición, además de materiales para hacer su nido, como paja, madera y ramitas. Durante toda la gestación, será fundamental mantener la jaula de tu hámster limpia, retirando diariamente los restos de comida y los excrementos. Pero si la hembra ya ha empezado a construir su nido, debes tener cuidado para no deshacerlo.
La gestación es un periodo muy delicado para la hembra, que experimenta numerosos cambios fisiológicos, hormonales y comportamentales. Por ello, más allá de preparar su jaula, también será esencial proporcionar un ambiente tranquilo y positivo, donde tu hámster pueda vivir una gestación segura y en paz. Para evitar exponerla a contextos de elevado estrés, no debes tocarla ni acercarte a la jaula con mucha frecuencia. Si bien es importante trasmitir amor y dar cariño a tu hámster embarazada, también precisarás respetar su territorio.
Si observas que tu hámster ha sido mamá, deberás darle intimidad durante la lactancia y respetar tu tiempo de adaptación a su nueva realidad. Por ello, solo te debes acercar a la jaula para reponer su agua y su comida, suspendiendo temporariamente la higienización. No deberás tocar a la mamá ni a sus crías recién nacidas bajo ninguna circunstancia. Ello puede ser interpretado como un signo de debilidad y la hámster podrá comer a sus crías por considerarlas frágiles e incapaces de sobrevivir.
Además, para evitar que tu hámster se coma a sus crías, podrás seguir algunas medidas preventivas, como proporcionarle una alimentación equilibrada de óptima calidad, cuidar para que su entorno le trasmita tranquilidad y confianza, y mantenerlas separadas de los demás hámsteres durante la gestación y la lactancia.
Pasados 20 días del parto, ya podrás volver a acercarte a la jaula normalmente y retomar su limpieza diaria. Tanto la mamá como sus crías estarán preparadas para jugar contigo y recibir todo tu afecto. También habrá llegado el momento de «presentar» los nuevos integrantes de la familia a los demás hámsteres. Además, será una excelente ocasión para llevar las crías al veterinario y controlar su crecimiento, gano de peso y estado de salud.
También es a partir de esta tercera semana de vida que los hámsteres bebés están listos para ser destetados, por lo cual deberás estar atento para la alimentación y los cuidados de las crías. Además, a partir de su quinta semana, los pequeños roedores suelen madurar sexualmente. Por ello, debes considerar seriamente separar los machos y las hembras para evitar peleas y nuevas camadas no planificadas.
Al unir nuevamente tus hámsteres, deberás tener en cuenta que estos roedores alcanzan muy rápidamente su madurez sexual. A partir de su primero o segundo mes de vida (dependiendo de la raza del hámster), tus nuevos compañeros ya podrán aparearse y generar nuevas camadas. Además, las hembras ya podrán embarazarse nuevamente cerca de 24 horas después de parir a sus crías.
Por ello, debes ser consciente sobre el control reproductivo de tus hámsteres y pensar muy bien antes de juntar los machos y las hembras en la misma jaula. Como estos roedores suelen tener muchos bebés por cada gestación, también podrás considerar encontrar personas responsables y cariñosas que quieren adoptar a un hámster como mascota.